Venezuela - El pueblo yanomami afronta la peor crisis sanitaria en décadas
11 julio 2025

El Pueblo Yanomami de Venezuela atraviesa una profunda crisis sanitaria, una de las más graves desde que entró en contacto permanente con foráneos. Las muertes, enfermedades y el sufrimiento generalizado responden, en gran medida, a la incapacidad del Gobierno venezolano para garantizar atención sanitaria y medicamentos adecuados, y para detener a los mineros de oro que operan ilegalmente en su territorio.
El sistema de atención médica en el territorio yanomami ha colapsado: los equipos sanitarios únicamente acceden a unas pocas zonas, y lo hacen de forma esporádica. En regiones remotas, algunas comunidades no reciben ningún tratamiento. El Gobierno es plenamente consciente de la crisis, pero ha dejado que mueran personas que podrían haberse salvado.
La semana pasada un agente sanitario yanomami de Mavaca grabó un vídeo con un desesperado llamamiento de ayuda: “Tenemos pandemia muy, muy grave que está atacando a los niños: diarrea, evacuación de parásitos, fiebre alta. Hasta los niños también evacúan sangre en nariz”.
Confirmó que niños yanomamis han muerto: “Algunos fallecimientos de los niños ha presentado acá en Mavaca este mes. El mes pasado ha presentado dos fallecimientos de niño y uno de adulto”.
“Yo estoy muy preocupado. Yo, como enfermero. En cada base no tenemos medicamentos, no tenemos medicina. En base no tenemos médico. Tenemos años, años que los médicos no están en nuestra base. Por esta razón hago un llamado al gobierno del estado Amazonas, Miguel Rodríguez, que nos apoye, haga posible que nos mueva aeroambulancias para que traslade medicamentos lo más pronto posible (...) Alcalde Ramiro Moi nos trae algo de medicamento”.
Los yanomamis están muriendo de malaria y tuberculosis (ambas enfermedades son tratables si se diagnostican a tiempo). En los últimos seis meses, al menos ocho yanomamis han muerto de tuberculosis en el hospital de Puerto Ayacucho, la capital del estado.
Según los datos recopilados por agentes sanitarios yanomamis, solo en la región de la Sierra Parima, más de 500 yanomamis fallecieron en Venezuela entre 2022 y 2024 a causa de la malaria y otras enfermedades tratables.
La seguridad alimentaria de los yanomamis también se ha deteriorado gravemente. Muchos, debilitados por brotes recurrentes de paludismo, tuberculosis y neumonía, han visto drásticamente mermada su capacidad para cazar y pescar y trabajar sus huertos. La desnutrición es generalizada, especialmente entre niños y personas mayores.
En junio, el ejército venezolano se jactó en las redes sociales de haber destruido avionetas y depósitos de combustible utilizados por mineros ilegales en Haximú (escenario de una espantosa masacre en 1993 en la que buscadores de oro asesinaron a 16 yanomamis). Pero organizaciones como SOS Orinoco y Survival International llevan años denunciando la minería ilegal en Haximú. Solo entre 2020 y 2022 el número de campamentos mineros en esta región se duplicó de 40 a 80, como se puede ver en imágenes satelitales. Pese a ello, la base militar venezolana más cercana se ha mostrado indiferente durante años ante la afluencia creciente de mineros ilegales procedentes de Brasil.
Ya en junio de 2021, los indígenas sanemás (un subgrupo yanomami) y ye'kwanas denunciaron la esclavitud y los asesinatos de indígenas a manos de mineros brasileños. Los mineros ilegales y los narcotraficantes también actúan en los territorios de otros pueblos indígenas como los uwottüjas. En septiembre de 2024, Joaquín Hernández, guardián ye'kwana de la selva, fue atacado por la noche por tres hombres que lo golpearon hasta matarlo. Tras este atroz ataque, los mineros quemaron las casas de los ye'kwanas. Virgilio Trujillo, coordinador de los Guardianes Uwottüjas, fue asesinado en 2022.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) presentó un informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reunido el 18 de junio, en el que expresaba su profunda preocupación por el deterioro de la situación de los derechos humanos en Venezuela. El ACNUDH afirmó que “recibió información indicando que los problemas de salud para los pueblos indígenas continuaron, en particular por una mayor exposición a la malaria, la tuberculosis y el VIH/SIDA. La falta de medicamentos y suministros médicos, así como la ausencia de rutas y transporte, pusieron aún más a prueba las capacidades locales para responder eficazmente a los brotes”.
ACNUDH también “recibió informes preocupantes sobre la morbilidad y la mortalidad maternas en los territorios indígenas Ye'kwana y Sanemá. Al parecer, únicamente se dispone de tres médicos por cada 7.448 habitantes, y los 20 centros de salud comunitarios del territorio carecen de medicamentos, material básico y equipos, incluidos los de diagnóstico. Pacientes también han denunciado el difícil acceso a los servicios de urgencias, que suelen encontrarse a cientos de kilómetros de distancia, sin transporte disponible”.
Asimismo, ACNUDH señaló que “la falta de demarcación de los territorios de los Pueblos Indígenas contribuyó a permitir actividades mineras ilegales, así como la presencia de grupos armados no estatales u organizaciones delictivas. Continuaron las alegaciones de desplazamientos forzosos de comunidades indígenas, así como de enfrentamientos entre Pueblos Indígenas y personas que se asentaban en las minas, y de degradación ambiental y contaminación del agua”.
Aproximadamente 15.000 yanomamis viven en 300 comunidades en Venezuela. La mayoría están extremadamente aislados y mantienen escaso contacto con gente ajena. Además existen varias comunidades yanomamis no contactadas. Siglos de aislamiento los hacen extremadamente vulnerables a enfermedades transmitidas por foráneos, ya que tienen poca o ninguna inmunidad frente a virus comunes como la gripe y el sarampión, que en muchos casos resultan mortales para ellos.
