Detengamos este genocidio verde
Pide a quienes financian y apoyan proyectos de conservación destructivos que dejen de violar los derechos humanos de los bakas.
El Pueblo Baka
Pocas personas en el mundo tienen una relación tan estrecha con la selva como los bakas, indígenas cazadores-recolectores que llevan generaciones viviendo en la selva de la cuenca del Congo, protegiéndola y conformándola. Y sin embargo sufren violaciones de sus derechos humanos en nombre de la conservación de la naturaleza.
Desde la época de la colonización hasta hoy, para los bakas la creación de Áreas Protegidas en sus tierras ancestrales no ha significado más que violencia, robo de tierras, expolio y hambre. Los guardaparques, que financian y equipan grandes organizaciones conservacionistas (como WWF y African Parks), los someten a vejaciones, violaciones, palizas, torturas e incluso asesinatos.
Cuando ya les han robado sus tierras, los bakas ven cómo se criminaliza su modo de vida respetuoso con el medioambiente. Se ven obligados a adoptar "formas de vida alternativas" para adaptarse a la sociedad dominante. Y así pueblos autosuficientes pasan a ser “beneficiarios” dependientes y sin tierra de proyectos financiados por la conservación de la naturaleza o atracciones turísticas, mientras que los verdaderos culpables de la destrucción medioambiental como las empresas mineras, petroleras, madereras o los cazadores de trofeos, son considerados “socios” de la conservación y se les permite seguir con sus negocios o actividades habituales.
La existencia misma de los bakas como pueblo está amenazada. Es hora de descolonizar la conservación de la naturaleza.
Survival lleva décadas investigando y denunciando las violaciones de los derechos humanos que sufren los bakas en nombre de la conservación de la naturaleza. Hemos sacado a la luz la responsabilidad de las ONG conservacionistas, hemos detenido proyectos de conservación ilegales y hemos impulsado la lucha de los bakas por sus derechos a escala internacional.
Hemos pasado meses sobre terreno hablando con diferentes comunidades bakas del Congo y Camerún y hemos entrevistado a cientos de personas . Estas palabras de un líder local resumen la abrumadora y oscura realidad que esconde la conservación de la naturaleza: “Esto no es conservación, es destrucción”.
Ahora te toca a ti: pasa a la acción.
La conservación no sólo está destruyendo a los bakas, sino también la selva que protegen. Por favor, infórmate sobre nuestras investigaciones e implícate.
Ayúdanos a poner fin a este genocidio verde: exige a quienes financian y apoyan estos destructivos proyectos de conservación de la naturaleza que dejen de violar los derechos humanos de los indígenas bakas.
Detengamos este genocidio verde
Pide a quienes financian y apoyan proyectos de conservación destructivos que dejen de violar los derechos humanos de los bakas.
Investigaciones de Survival en la Cuenca del Congo:
Una zona de guerra “verde”: Parque Nacional Odzala-Kokoua, República del Congo
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“Necesitamos la selva. Nuestros hijos ya no conocen los animales ni nuestras plantas medicinales tradicionales. Los bakas vivimos ahora en la carretera. Contarte esto me duele en el corazón. Pero la selva también está enferma sin los bakas.” Hombre baka, República del Congo
El Parque Nacional de Odzala-Kokoua fue creado en 1935 por colonizadores franceses en territorio baka y es uno de los más antiguos de África. En septiembre de 2023 se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Desde 2010 el parque está gestionado por la ONG African Parks, y los bakas denuncian que la violencia y los abusos contra su pueblo se han disparado. En la zona se han denunciado repetidamente violaciones, torturas y expulsiones a manos de guardaparques de African Parks. Los bakas ya no pueden cazar ni recolectar plantas medicinales en sus propias tierras.
De hecho los bakas han contado a investigadores de Survival cómo los guardaparques vertían cera ardiendo sobre sus espaldas y les pegaban sobre la piel herida, las palizas que les propinaban con cinturones, cómo sujetaban sus cabezas bajo el agua en un río... Nos contaron que los guardaparques violaron a una mujer indígena mientras sostenía en brazos a su bebé de dos meses y también a una joven baka de 18 años entre otros terribles abusos.
“Mis parientes bakas fueron esposados. Los guardaparques les arrancaron la ropa y les obligaron a tumbarse en el suelo. Encendieron una vela y dejaron que la cera ardiendo goteara sobre ellos. Luego les golpearon la piel quemada con un látigo.” Mujer baka, República del Congo
Mientras se persigue a los bakas por cazar para alimentar a sus familias y se les acusa de destruir la selva, en el parque y su zona de influencia hay dos concesiones mineras y seis concesiones madereras abrazan sus fronteras. Estas son las verdaderas amenazas para la selva, sin embargo African Parks nunca se ha pronunciado sobre ello.
Fiel a su “enfoque empresarial de la conservación”, African Parks trata las tierras de los bakas como patio de recreo privado con gran potencial turístico. El parque cuenta con tres lujosos alojamientos a los que los turistas pueden acceder fletando vuelos chárter desde Brazzaville, la capital del Congo. Los bakas son expulsados de sus tierras en nombre de la “conservación”, pero los turistas adinerados son bienvenidos: una estancia de cuatro días en el Odzala Gorilla Discovery Camp cuesta 9.690 dólares por persona (unos 9.000 euros).
African Parks fue fundada por el multimillonario holandés Paul Fentener Van Vlissingen, vinculado económicamente al régimen del apartheid y cuya fortuna familiar procede del transporte de carbón. Cuenta con el apoyo honorífico del Príncipe Harry (su antiguo presidente y actual miembro de su junta directiva) y la financiación de fundaciones occidentales, bancos de desarrollo, millonarios y gobiernos. Desde su creación en el año 2000 se ha hecho con el control de más de 20 millones de hectáreas de tierras africanas.
African Parks es también uno de los líderes en la militarización de las zonas de conservación en África. La organización dirige la mayor brigada privada contra la caza furtiva del continente. Sus guardaparques reciben formación paramilitar de exmilitares sudafricanos, franceses e israelíes. Y los más celosos, los que más detenciones realizan o descubren más trampas para animales reciben primas, lo que supone un incentivo económico a las detenciones arbitrarias, las torturas y otras violaciones de los derechos humanos.
Survival trabaja arduamente para detener estas atrocidades. Hemos alertado a los financiadores privados de African Parks sobre estos abusos y hemos denunciado los hechos ante las instituciones y gobiernos que apoyan el parque de Odzala.
Próximamente iremos ampliando la información.
Robo de tierras y abusos contra los derechos humanos en Messok Dja, República del Congo
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“Sufrimos estas terribles palizas sin haber hecho nada. Basta simplemente con que nos vean, y ya nos golpean con machetes. ” Dede, hombre baka, República del Congo.
Messok Dja es una zona de la selva del Congo especialmente biodiversa. Es el territorio ancestral del pueblo baka, que gestiona esta región selvática desde tiempos inmemoriales. Ellos son sus mejores guardianes.
WWF intenta establecer allí un área de conservación sin el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales. Han financiado a guardaparques que han cometido violentas atrocidades contra los bakas. El proyecto cuenta con el apoyo de empresas petroleras y madereras y de gobiernos occidentales, incluida la Comisión Europea.
Estamos luchando junto a los bakas para detener el parque Messok Dja.
Desde que lanzamos la campaña de denuncia en 2018:
- Los gobiernos estadounidense y alemán, así como la Comisión Europea, han iniciado investigaciones sobre los abusos contra los derechos humanos en nombre de la conservación de la naturaleza. En octubre de 2021, una audiencia sin precedentes en el Congreso estadounidense (impulsada por las presiones de Survival) criticó duramente a WWF por los abusos cometidos contra la población indígena en zonas de conservación.
- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) denunció en un informe que guardaparques apoyados por WWF golpearon e intimidaron a cientos de bakas en Messok Dja. Tras esta investigación, el PNUD decidió abandonar el proyecto porque violaba los derechos de los bakas.
- La Comisión Europea anunció en mayo de 2020 que suspendía su financiación de Messok Dja, lo que supuso una victoria importante para la campaña. En febrero de 2020 Survival se había reunido con el equipo de la Comisión Europea a cargo del proyecto Messok Dja y subrayamos que este nunca había contado con el consentimiento de la población local y que, de continuar apoyándolo la Comisión estaría incumpliendo sus compromisos. La Comisión Europea trabaja actualmente para establecer un marco para el respeto de los derechos humanos en los proyectos de conservación que financia y ha apoyado un proceso de consulta para la creación de Messok Dja, llevado a cabo por el Gobierno congoleño. Es la primera vez que se intenta realizar una consulta en un Área Protegida en el Congo. Sin embargo, el proceso de consulta no significa que los bakas hayan dado su consentimiento libre, previo e informado para el Área Protegida: varias comunidades rechazaron el proyecto y muchos de sus representantes se sintieron presionados e intimidados para “aceptarlo”.
- En noviembre de 2020 WWF publicó un informe que había encargado sobre abusos contra los derechos humanos (incluyendo Messok Dja) que confirma que la organización conocía los abusos cometidos por guardaparques, a pesar de lo cual siguió apoyándolos y colaborando con ellos.
Pese a todo esto, WWF sigue adelante con el proyecto aunque ni los bakas ni sus vecinos bakweles hayan dado aún su consentimiento.
¿Quieres saber más? Lee esta sección de preguntas y respuestas frecuentes.
Madereros y conservacionistas contra los pueblos indígenas: Áreas protegidas en el sudeste de Camerún
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“Muchos de los remedios que utilizábamos para curarnos han sido destruidos por la tala. Las empresas madereras lo talan todo. Si alguien está enfermo, ahora hay que ir muy lejos para conseguir los remedios, así que cuando vuelves, la persona ya está muerta.” Felix, hombre baka, Camerún.
En el sureste de Camerún, gran parte de las tierras ancestrales de los bakas han sido robadas para crear Áreas Protegidas, como Boumba Bek, Lobeke, Nki, Ngoyla y Dja, o cedidas a empresas de caza de trofeos o madereras.
Los bakas han sido expulsados de sus tierras y privados de todos sus derechos territoriales. No tienen adónde ir. Mientras las empresas madereras talan todos los árboles, WWF se asocia con ellas y financia a guardaparques que cometen atrocidades contra los bakas, culpándoles de una destrucción medioambiental que no han causado. En el pasado la violencia era tan extrema y generalizada que los bakas se refieren a esa época como el tiempo de la guerra (“Go” en lengua baka).
Pero gracias a tu apoyo las cosas están cambiando para los bakas. Survival ha trabajado sin descanso para garantizar que quienes apoyan a estos violentos guardaparques, sobretodo gobiernos occidentales y organizaciones conservacionistas como WWF, no puedan seguir escondiendo estos abusos bajo la alfombra. Con tu ayuda hemos sacado la lucha de los bakas de la selva y la hemos dado a conocer en todo el mundo.
A pesar de que los abusos físicos son menos frecuentes hoy en día, los bakas siguen teniendo miedo de adentrarse en la selva. La violencia ha cambiado sus vidas. Muchos evitan a toda costa a los guardaparques, aunque ello signifique que ya no puedan cazar para alimentarse o visitar las tumbas de sus seres queridos.
Los intentos poco entusiastas por parte de ONG conservacionistas de mejorar la situación de los bakas, intentando que firmen acuerdos con el Gobierno camerunés o creando mecanismos de denuncia, han sido calificados por los expertos como rotundos fracasos. Los bakas afirman que nada ha cambiado ni cambiará hasta que se respeten sus derechos territoriales y puedan entrar en su selva sin miedo.
Los baka deben poder vivir en su tierra ancestral como elijan. Su selva es su hogar y no pueden sobrevivir sin ella. Las grandes organizaciones conservacionistas deben dejar de tratarlos como enemigos y de destruir su modo de vida. Esto es a todas luces un genocidio verde.
Lee este informe si quieres saber más sobre los vínculos entre WWF y las madereras (en inglés).
Conoce mejor a los bakas y el impacto de los proyectos de conservación en sus vidas
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“La selva es nuestra vida. Nos impiden alimentarnos. Vamos a morir. Somos gente del bosque. Si esto no se detiene, todos los bakas moriremos.” Hombre baka, Messok Dja.
Pueblo baka, Gabón. © Guillaume Beaudoin
El pueblo baka depende de la selva para su subsistencia, obtener medicinas y refugio. Su relación con la selva es fundamental para su modo de vida y su identidad como pueblo. Nos dicen que no pueden sobrevivir sin ella. Por eso, a lo largo de generaciones han desarrollado sus propias y sofisticadas prácticas de conservación de la naturaleza. Estas evitan cazar en excesi, ya que los bakas creen que el éxito de la caza y la recolección depende de compartir bien, tanto entre ellos como con su entorno. Tienen un profundo conocimiento de las plantas selváticas (usan casi 500 especies diferentes y reconocen muchas más) y del comportamiento de los animales. Por ejemplo, los bakas tienen más de una docena de palabras sólo para referirse al elefante de su selva, según su edad, sexo y personalidad. Los estudios demuestran que los bakas trabajan para mejorar el entorno forestal de sus vecinos animales. Por ejemplo, cuando recogen ñames silvestres a menudo dejan parte de la raíz intacta en el suelo o entierran parte de los tubérculos con la intención de fomentar su regeneración. De este modo se extienden por la selva bolsas de ñame, alimento favorito de elefantes y jabalíes.
Conocen sus tierras y lo que ocurre en ellas mejor que nadie. Sin embargo, los bakas se quejan de que desde que llegaron a la zona los proyectos de conservación de la naturaleza y los guardaparques ya no pueden transmitir estos conocimientos y valores forestales vitales a las generaciones más jóvenes. Ahora tienen demasiado miedo como para viajar con sus familias al interior de la selva.
Las Áreas Protegidas casi siempre se crean sin el consentimiento de los habitantes indígenas. Una vez que el proyecto está en marcha y llegan los guardaparques, se prohíbe a la población local entrar en sus tierras y no pueden cazar, pescar, recolectar plantas medicinales ni celebrar rituales. Se criminalizan sus formas de vida. Esto repercute no sólo en su capacidad para alimentarse, sino también en su vida espiritual. Los bakas afirman que su poderoso espíritu de la selv, Djengi, que desempeña un papel central en muchos de sus rituales, ya no les visita porque ya no pueden hacerle ofrendas sagradas de carne.
Los bakas expulsados de su entorno en la selva suelen acabar en la indigencia, sobreviviendo de forma permanente en campamentos al borde de las carreteras, donde padecen una pobreza extrema, inanición, alta mortandad infantil, enfermedades, adicciones y explotación. Al vivir al borde de las carreteras, están cada vez más expuestos a la malaria y otras enfermedades. Ya no pueden recolectar las plantas medicinales que necesitan para mantenerse sanos y se ven obligados a depender del trabajo asalariado para mantener a sus familias, por el que a veces se les paga con alcohol. El alcoholismo se dispara entre su población.
“Nuestros hijos crecen como inútiles. No conocen la selva, sólo saben de los diferentes tipos de ratas...” Mujer baka, Camerún.
Una vez que las organizaciones conservacionistas les han robado sus tierras y les han prohibido acceder a la selva donde cazan y recolectan alimentos para alimentar a sus familias, empujan a los bakas hacia “medios de vida alternativos”. En la región de la cuenca del Congo son frecuentes los proyectos que pretenden convertirlos en criadores de pollos o patos, u obligarlos a crear empresas de venta de setas. Su único objetivo es alejar a los bakas de su selva y cambiar su modo de vida sostenible que, a pesar de las pruebas que demuestran lo contrario, las organizaciones conservacionistas consideran perjudicial para el medio ambiente.
Todas estas medidas y acciones conducen a la destrucción de los pueblos indígenas como pueblos. Es un genocidio verde.
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Survival lucha para que los responsables de estos crímenes rindan cuentas y estamos al lado de los pueblos indígenas para ayudarles a defender sus derechos, entre ellos su derecho a decidir su propio futuro. Creemos que, como han demostrado múltiples estudios, la mejor forma de proteger la biodiversidad es defender, respetar y proteger los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
Los gobiernos occidentales y las ONG conservacionistas financian y crean proyectos de conservación genocidas. Se nutren del dinero de los contribuyentes y las donaciones de empresas y particulares. Únete a nuestro movimiento para descolonizar la conservación de la naturaleza y detener este genocidio verde. Tú puedes marcar la diferencia.
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Pide a quienes financian y apoyan proyectos de conservación destructivos que dejen de violar los derechos humanos de los bakas.
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