Los jumma viven aterrorizados tras los ataques de hace un año

17 febrero 2011

Los hijos de la señora Buddhapati Chakma, que fue tiroteada por los soldados, hablan desesperados con los periodistas locales tras los ataques del año pasado. © Satrong Chakma

Esta página se creó en 2011 y puede contener terminología en desuso.

Este fin de semana se cumple el primer aniversario del brutal ataque al pueblo indígena jumma perpetrado por colonos y soldados en las Chittagong Hill Tracts de Bangladesh. Un hombre y una mujer jummas fueron asesinados, más de25 resultaron heridos y 450 hogares fueron incendiados durante el violento episodio.

Antes de que se produjeran los ataques, la tensión entre los jumma y los colonos bengalíes iba en aumento. Estos últimos, con el apoyo del ejército, fueron expandiendo sus asentamientos por el territorio de los jumma. En los últimos sesenta años, cientos de miles de colonos han sido trasladados a las Hill Tracts por el Gobierno de Bangladesh y han ido desplazando a muchos indígenas jumma, que además han venido sufriendo la violenta represión del ejército.

A pesar de la denuncia internacional de los ataques, condenados por Naciones Unidas y la Unión Europea, no se ha llevado a cabo ninguna investigación oficial y ningún soldado ni colono ha sido procesado.

Cuatro jóvenes jumma fueron arrestados y torturados por el ejército, y fueron posteriormente liberados bajo fianza.

Los jumma que perdieron sus hogares durante los ataques siguen viviendo en infraviviendas, pese a que el Gobierno ha prometido rehabilitar las casas y compensar a los afectados.

Se ha impedido a las agencias de ayuda humanitaria, entre ellas al Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (UNDP por sus siglas en inglés), trabajar en la zona. Existen informes que constatan que las actividades del ejército y de inteligencia han aumentado enormemente.

Un jumma dijo a Survival: “Las fuerzas militares llevan a cabo frecuentes operaciones de patrullaje y registro por toda la zona de Baghaihat. Continúan los registros de casas, los arrestos y las torturas a los indígenas jumma a manos de las fuerzas armadas”.

En 1997, el Gobierno y los jumma firmaron un acuerdo de paz por el que el Gobierno se comprometía a desmantelar los campamentos militares de la región y a poner fin al robo de sus tierras por parte de los colonos y del ejército. El acuerdo ofrecía esperanzas, pero los campamentos militares siguen en las Hill Tracts y la violencia y el robo de tierras continúan.

“Es un escándalo que aún se den asesinatos, torturas, robos de tierras y quema de casas en las Chittagong Hill Tracts, catorce años después de la firma del acuerdo de paz. Los indígenas jumma se merecen poder vivir en paz en su propio territorio”, declararon hoy fuentes internas a Survival.

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