Michael Dingake: una perspectiva singular
Michael Dingake nació en lo que hoy es Botsuana pero se convirtió en activista del Congreso Nacional Africano (CNA) en Sudáfrica.
Según su perfil del CNA, “Dingake se vio a sí mismo en primera instancia y ante todo como un africano, comprometido con la misión de luchar por la liberación de los africanos en su continente”.
Dingake es un columnista con una larga trayectoria en el periódico Mmegi de Botsuana, donde ha escrito regularmente sobre la desesperada situación de los bosquimanos o basarwas, como los llaman allí.
Survival le ha preguntado sobre sus opiniones en relación a la delicada situación que atraviesan los bosquimanos:
En primer lugar, por favor, cuéntenos brevemente sobre su implicación en la lucha anti-apartheid.
Me vinculé a la lucha anti-apartheid al unirme a la campaña de desafío a las leyes injustas liderada por el CNA, en 1952. Aunque nací en el protectorado de Bechuanalandia [ahora Botsuana], los batswanas [la gente de Botsuana] dependían de la entonces Unión Sudafricana para educarse en las escuelas de las misiones accesibles en la Unión. Sudáfrica también ofrecía oportunidades de empleo para los batswanas en las minas, granjas, casas privadas y las florecientes industrias de manufactura de la postguerra.
Unas de las “leyes injustas” eran las leyes de pases que hacían virtualmente de los negros africanos esclavos en su propio país. Los africanos eran acosados en cualquier lugar que estuvieran: en las calles, en sus puestos de trabajo, en sus hogares, y estaban bajo permanente toque de queda desde las 11 de la noche; ¡no podían permanecer en los distritos de negocios o en las áreas residenciales blancas más allá de esa hora! Los africanos no tenían voz en los asuntos del país ya que no podían votar. El parlamento blanco confeccionaba todas las leyes, que debían regir a los “nativos” y que debían obedecer sin chistar.
El CNA fue prohibido en 1960, pero decidió desafiar la prohibición y seguir operando clandestinamente. Con la pasión que yo tenía en contra del supremacismo blanco seguí al CNA clandestinamente y me escondí para servir en el colectivo que dirigió el CNA clandestinamente. Cinco años después de la prohibición fui reasignado para operar en Botsuana. La vigilancia de la seguridad Sudafricana me siguió hasta Botsuana y en diciembre de 1965 sus agentes de Rodesia [ahora Zimbabue] me interceptaron en un tren rumbo a Lusaka para una reunión del CNA.
Fui detenido bajo regulaciones de emergencia y tras treinta días en la prisión de Khami, cerca de Bulawayo, fui “deportado” ilegalmente a Sudáfrica donde fui duramente torturado y finalmente acusado y juzgado por sabotaje e implicación en actividades para organizaciones vetadas en la República de Sudáfrica.
Hicieron oídos sordos a mi interpelación de que había sido ilegalmente arrestado y el Tribunal de Justicia Viljoen me sentenció a quince años de prisión que cumplí hasta el último día (el 6 de mayo de 1981, ¡sin indulto alguno!) Cuando me liberaron fui repatriado a Botsuana
¿Cuándo fue consciente de la discriminación en contra de los basarwas en Botsuana?
En mi temprana infancia, antes de migrar a Sudáfrica. Los basarwas eran tratados como infrahumanos por otros batswanas en Bechuanalandia. Eran generalmente discriminados y vistos de forma despectiva. Los niños crecían en ambientes donde los basarwas eran despreciados y tratados como especies diferentes. Realizaban las tareas menos cualificadas, principalmente el arreo de ganado para otros batswanas en los puestos de ganadería. Mi padre también tenía una hacienda ganadera con basarwas que cuidaban de su ganado, pero mi padre los trataba como a seres humanos y me enseñó a respetarlos. La esclavización de los basarwas, en gran medida, los hizo sumisos ante los habitantes batswanas. Físicamente oprimidos durante generaciones, los basarwas se volvieron mentalmente sumisos y asimilados. Los no asimilados se retiraron a zonas remotas donde creían que los dejarían en paz.
¿Por qué cree que el Gobierno trata a los basarwas de esta manera?
Creo que el Gobierno trata a los basarwas de la forma en que lo hace porque sabe que son pocos y carecen de voz en las instituciones gubernamentales. Algunos batswanas siguen viendo como inferiores a los basarwas y son indiferentes a su maltrato. Como ignoran la forma en que son discriminados, los basarwas pueden no haber oído hablar de Survival International ni de los representantes legales de los basarwas, como [Gordon] Bennett, que han roto una lanza en su defensa.
¿Cuál es su mensaje al Gobierno sobre los basarwas?
Dejen de acosar a los basarwas; trátenlos con respeto, consúltenlos sobre cualquier iniciativa que los afecte, hagan cosas que tengan un impacto en sus vidas conjuntamente con ellos; no les impongan nada, ellos saben lo que es bueno para sí mismos y no tienen ninguna mala voluntad hacia otros batswanas en el país.
De haberlos, ¿qué cambios ha visto durante los últimos veinte años en la forma en que la opinión pública y los medios de Botsuana se refieren a los basarwas?
Los cambios están ahí, aunque pueden no ser evidentes. Los medios informan constantemente sobre situaciones que tienen que ver con los basarwas. Esto es alentador. Una organización conocida como Reteng, que lucha por los derechos de las minorías en Botsuana, cuenta con miembros basarwas. Esto muestra que hay algunos cambios positivos. Pero uno podría esperar que una organización como Reteng desarrollara activamente campañas para resarcir a los basarwas, particularmente en el tema de las expulsiones.
¿Cómo cree que la gente de Botsuana debe apoyar a los basarwas?
La gente de Botsuana es muy afortunada por contar con una organización tan dedicada como Survival International luchando al lado de los basarwas e implicándose en nombre de ellos [los batswanas] , dado que este problema debería concernirles en primera instancia. Los batswanas necesitan familiarizarse más con las vidas y las preocupaciones políticas de los basarwas de forma tal en que promuevan sus plenos derechos. Quiero sugerir que, quizá, Reteng y Survival deberían articularse para trabajar conjuntamente ya que ambos tienen preocupaciones similares sobre el grupo.
¿Qué papel considera que puede jugar la comunidad internacional?
La comunidad internacional puede jugar un papel importante en el asunto de los basarwas a través de contactos diplomáticos. Los enviados extranjeros deberían visitar las zonas de los basarwas, escuchar sus preocupaciones, ver cómo sobreviven y presentar sus agravios ante el terco Gobierno del Partido Democrático de Botsuana (PDB). Hace algunos años tuvimos al Alto Comisionado británico, que precisamente hizo eso y, ¡no sé si quizá esa pudo haber sido la razón por la que su servicio fue cesado antes de tiempo!
¿Piensa que los boicots pueden enviar un mensaje similar a las sanciones en contra del régimen del apartheid en Sudáfrica?
Los boicots son una espada de doble filo: impactan en la economía y por lo tanto, en inocentes; los hombres y mujeres crueles que dirigen el show no lo sienten y las compañías de las que un boicot efectivo depende son lentas a la hora de respaldar con su peso la campaña; pueden vacilar debido a información distorsionada y a la propaganda por parte del Gobierno que puede desgastar la publicidad de quienes hacen la campaña. Suponer que la campaña de boicot prende y se convierte en el tema caliente de los batswanas, la prensa local e internacional, sería ideal. Esto no quiere decir que sea inútil, indica que el impacto del boicot, además de tener doble filo, es lento, laborioso y requiere tiempo, generar ruido sistemáticamente, ¡y llamamientos a la paciencia!
La vía más corta en la que creo es en el cambio de régimen. ¡Podría ocurrir en un año, bajo las elecciones generales, por ejemplo! ¡Los partidos de oposición no necesitarán extranjeros que les digan que los basarwas están oprimidos y hostigados! Lo saben y les pican los dedos por hacer algo cuando estén en la administración.
¿Por qué cree que el Gobierno ha expulsado a los basarwas de la Reserva de Caza del Kalahari Central (CKGR según sus siglas en inglés)?
¡Obviamente por las minas de diamantes!
¿Por qué considera que el Gobierno ha interpretado, deliberadamente, la sentencia del Tribunal Supremo de 2006 de forma tan estrecha?
Para mantener la presión sobre los residentes de la CKGR y que dejen el área “voluntariamente”. El Gobierno se siente atado por la legalidad del veredicto, pero no por la moralidad del juicio. ¡El Gobierno no puede esconder su crueldad ni su determinación de ganar finalmente!
El Gobierno no ha emitido ni un solo permiso SGL (Licencias Especiales de Caza) en la CKGR a pesar de que, en 2006, la sentencia del Tribunal Supremo reconocía el derecho a cazar de los basarwas de la CKGR. ¿Cómo cree que la prohibición generalizada del Gobierno afectará a los basarwas?
El veto a la caza también es una forma de presión sobre los basarwas para que salgan de la CKGR. Sin caza, los basarwas están, literalmente, sometidos a la hambruna para rendirse. Bajo tales circunstancias los basarwas serán conducidos a la caza furtiva y hacia las tortuosas manos de los guardas forestales, que se complacen en maltratar a los basarwas.
¿Cuál cree que es el impacto real de la caza en la CKGR?
Mínimo. Los basarwas han vivido en la CKGR durante años y no han aniquilado a los animales. Conocen mejor que nadie cómo preservar a los animales; eso es lo que han hecho a lo largo de años y no necesitan que les den lecciones sobre conservación de la vida salvaje.
El sistema de permisos impuesto por el Gobierno (de un mes de duración y que tienen que solicitar para visitar a sus familias y hogares los basarwas no demandantes ante el Tribunal Supremo de 2006, pero a quienes sin embargo corresponde el mismo derecho constitucional a vivir en la CKGR), ha sido vinculado a las leyes de pases del régimen del apartheid en Sudáfrica, porque ambos desgarran a las familias ¿Son comparables?
El sistema de permisos al que los basarwas están sujetos puede vincularse al sistema de las leyes de pases. Bajo las leyes de pases los nativos/bantúes tenían que llevar consigo sus documentos de paso a cualquier sitio que fueran. La policía podía detenerte en cualquier lugar, en cualquier momento para pedir tu pase. El pase tenía que informar dónde trabajabas e indicar si tenías permiso para trabajar donde lo hacías. Tenía que indicar tu origen, si estabas buscando trabajo y si tenías algún permiso para buscar trabajo allí donde te encontrabas. Si eras un visitante de la zona urbana, el pase tenía que indicar la validez y la duración de tu visita. El documento debía estar en orden cuando la policía lo solicitaba, de lo contrario, ¡eras encerrado en la cárcel! ¡Las leyes de pases negaban a los portadores de pases la libertad de movimiento! El sistema de permisos tiene el mismo propósito de separar a familias, parientes y amigos.
¿Por qué debería importarle a la gente lo que le pase a los basarwas?
A la gente tiene que preocuparle lo que le pase a los basarwas; se supone que vivimos en un país democrático donde hay libertad de movimiento, libertad de reunión, libertad de expresión, libertad de prensa y así sucesivamente. Tenemos una constitución que proclama estos derechos, así que, como país, deberíamos estar preocupados si estos derechos son negados a algún sector de nuestra población.
Internacionalmente debemos acatar la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Vivimos en una aldea global. ¡El daño para uno es un daño para todos!
¿Cuál crees que será el futuro de los basarwas en Botsuana?
Eventualmente los basarwas estarán libres de la persecución bajo la cual viven actualmente. O bien el Gobierno del PDB desistirá de sus políticas discriminatorias contra los basarwas o bien, en el futuro cercano, un nuevo Gobierno estará en el poder para rescatar a los basarwas de su opresión. ¡Ningún otro partido cree en la discriminación contra de los basarwas excepto el PDB!