Aumenta la presión sobre el Gobierno de Tanzania tras las expulsiones de masai
29 septiembre 2009
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La presión sobre el Gobierno de Tanzania va en aumento después de las violentas expulsiones de indígenas masai de su tierra en Loliondo, al norte del país, para dejar vía libre a la empresa de safaris Otterlo Business Corporation (OBC).
Organizaciones de derechos humanos locales están presentando denuncias por lo civil y por lo penal contra el Gobierno de Tanzania, en nombre de los indígenas masai afectados, ante el Tribunal Supremo de Arusha. Parece ser que más de 100 testigos desean testificar.
Diplomáticos asentados en la capital de Tanzania, Dar es Salaam están ejerciendo aún más presión sobre el Gobierno. Un grupo de diplomáticos de Dinamarca, Suiza, Irlanda y del Reino Unido visitó recientemente Loliondo para investigar las expulsiones y los informes de abusos de derechos humanos, pero las autoridades gubernamentales de la zona les negaron la entrada a las comunidades en cuestión.
El embajador danés, Bjarne Sørensen, hizo un llamamiento al Gobierno de Tanzania a “mostrarse sincero en su acción para asegurar el cumplimiento de la ley y de los derechos humanos fundamentales para todos los ciudadanos de Tanzania” y “a que ponga en marcha una investigación independiente sobre el caso de Loliondo para asegurar que las acciones ilegales están siendo tratadas por las autoridades pertinentes, según establece la ley.”
Alrededor de unos 100 masai expulsados se manifestaron ante el parlamento en Dar es Salaam pidiendo una audiencia con el presidente Jakaya Kikwete. Esta petición fue ignorada.
Tras esta manifestación, el Ministro de Recursos Naturales y Turismo de Tanzania, Shamsa Mwangunga, anunció una investigación sobre las expulsiones forzosas. Sin embargo, algunos observadores han expresado su preocupación por la posibilidad de que esto sea un lavado de imagen y han solicitado una investigación independiente.
En un vídeo colgado recientemente en YouTube, se pueden ver entrevistas con los masai expulsados. Un indígena declara: “Hemos pedido que el mundo escuche nuestro llanto y convenza al Gobierno para que nos devuelva la paz de la que hemos disfrutado en años anteriores”.
Entre julio y agosto los masai fueron expulsados de su tierra en Loliondo durante varias semanas. Comunidades enteras fueron incendiadas y sus habitantes expulsados forzosamente. Survival ha recibido varios informes alarmantes sobre violaciones y palizas brutales que se cometieron durante las expulsiones.
Éstas fueron llevadas a cabo por el cuerpo de antidisturbios de la policía, quien alegaba que tenía que permitir a OBC, empresa de los Emiratos Árabes Unidos, cazar con facilidad en la zona.
Miles de masai y su ganado permanecen en condiciones de indigencia y con una apremiante necesidad de alimento, agua y refugio. Cualquier intento por parte de los masai de regresar a sus hogares se enfrenta al arresto y a la posibilidad de ser encarcelados.