Los yanomamis de Venezuela exigen derechos territoriales
28 abril 2016
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El mes pasado representantes indígenas yanomamis de Venezuela entregaron una petición al gobierno estatal para el reconocimiento de su territorio.
Los yanomamis están solicitando a las autoridades que reconozcan su derecho a la propiedad colectiva de la tierra, tal y como garantiza la Constitución venezolana. Esto es crucial para que puedan conservar su hogar en la selva para las generaciones futuras.
Actualmente, buena parte de sus tierras yacen en dos parques nacionales que conforman una reserva de la biosfera, pero una titularidad territorial colectiva daría a los yanomamis mayor seguridad y protección sobre la selva que habitan desde tiempos inmemoriales.
La organización yanomami Horonami y muchas comunidades han trabajado de forma conjunta para recopilar estudios, mapas digitales y censos que conforman la base de su demanda por los derechos territoriales.
En los últimos 30 años, buena parte de su territorio ha sido invadido por mineros ilegales. Este pueblo indígena, en gran medida aislado, ha sufrido devastadoras consecuencias. Los mineros armados que operaban ilegalmente en su territorio los han sometido a una violencia y ataques genocidas y han propagado enfermedades como el sarampión y la gripe que son mortales para ellos. Los yanomamis han presenciado la creciente destrucción de su selva y de sus ríos, lo que dificulta la pesca y la caza.
Vídeo de la minería destructiva en el territorio de los yanomamis de Brasil, narrado por el activista yanomami Davi Kopenawa.
Dos redes indígenas de la región amazónica venezolana escribieron el pasado 4 de abril al presidente del país para abordar la cada vez más grave situación de los pueblos indígenas afectados por la minería ilegal.
En teoría, desde 1989 toda la minería en el estado venezolano de Amazonas está prohibida. Sin embargo, los mineros siguen operando ilegalmente y los pueblos indígenas denuncian un aumento considerable del uso de las destructivas dragas, de mangueras de alta presión, así como de mercurio y otras sustancias tóxicas.
La pesca y las aguas de las que dependen muchas comunidades indígenas para alimentarse están siendo contaminadas por los mineros, quienes también alteran el curso de los ríos y destruyen vastas áreas de selva.
Según las organizaciones indígenas COIAM y ORPIA, la minería atrae el tráfico de drogas, el contrabando de productos nacionales, la prostitución y la invasión de territorios indígenas por grupos armados y foráneos, entre ellos algunos procedentes de Brasil y Colombia.
A pesar de los numerosos informes y peticiones de acción las autoridades han fracasado en el abordaje del problema. Las organizaciones indígenas quieren ser consultadas y trabajar con el Gobierno para erradicar la minería ilegal.