Los indígenas son la clave para la conservación medioambiental
10 noviembre 2011
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Los pueblos indígenas son claves para la preservación de los bosques del planeta, y las reservas medioambientales que los excluyen sufren como resultado de esa exclusión, según un nuevo estudio del Banco Mundial.
El análisis muestra cómo la deforestación cae en picado hasta sus niveles más bajos cuando los pueblos indígenas continúan viviendo en las áreas protegidas y no se los obliga a marcharse.
En todo el mundo, millones de indígenas son refugiados de la conservación, pero el Banco Mundial dice que la evidencia muestra que “la conservación de los bosques no tiene que hacerse a expensas de los modos de vida locales”.
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Mediante datos tomados por satélite de incendios forestales para ayudar a indicar los niveles de deforestación, el estudio mostró que la incidencia fue de un 16% menor en las zonas indígenas, para el periodo 2000-2008.
El 80% de las áreas protegidas del planeta son territorios de comunidades tribales, que han vivido en ellas durante milenios. No es mera coincidencia: los expertos reconocen cada vez más el vínculo entre la presencia de pueblos indígenas y su capacidad para beneficiar a los bosques inhibiendo la deforestación.
El científico Daniel Nepstad describe las tierras indígenas como “la mejor barrera en la actualidad contra la deforestación de la Amazonia”.
Pero a pesar de que el Banco Mundial ha reconocido los beneficios que los pueblos indígenas suponen para el territorio, ha prestado su apoyo a varios proyectos polémicos que amenazan directamente su existencia.
El más famoso de ellos es la financiación por el Banco Mundial en los años setenta del Proyecto Gran Carajás, después de que se descubrieran enormes yacimientos de hierro en Brasil. El proyecto de desarrollo tuvo consecuencias mortales para el pueblo indígena awá de Brasil.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “Los expertos están admitiendo finalmente el hecho de que respetar el derecho de los pueblos indígenas a permanecer en sus tierras es la mejor manera de garantizar la conservación de los bosques. Es una lástima que no todas las organizaciones conservacionistas se hayan enterado. Aparte de la violación de derechos humanos que suponen sus expulsiones, tales acciones son contraproducentes”.