La Iglesia exige el fin de los ataques armados contra los guaraníes
1 octubre 2010
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Los obispos brasileños han exigido que el Gobierno tome medidas urgentes para poner fin a los ataques armados contra las comunidades guaraníes en el estado de Mato Grosso do Sul, al sur del Amazonas.
Guaraníes de otra comunidad, Ita’y Ka’aguyrusu, que también habían intentado reocupar sus tierras, sufrieron varios ataques armados y la violencia continúa. Según los informes recibidos, los terratenientes han apaleado a mujeres y niños y han lanzado explosivos a la zona.
Los obispos describieron la situación de los guaraníes como “una intolerable violación de sus derechos”, y exigieron que las autoridades respeten la legislación brasileña y demarquen la tierra de los guaraníes, para “poner fin a la vergonzosa violencia en la zona y proteger las vidas de este pueblo indígena que honra al país con su cultura y costumbres”.
Muchos de los indígenas guaraníes de Mato Grosso do Sul viven en pésimas condiciones en reservas superpobladas o en las cunetas de carreteras, ya que les han arrebatado casi toda su tierra para dejar paso a haciendas ganaderas y plantaciones de soja y caña de azúcar.
En el pasado, líderes de las comunidades guaraníes que han reocupado sus tierras, cansados de esperar a que las autoridades las demarcasen oficialmente, han sido objeto de ataques violentos, y algunos de ellos, como el internacionalmente reconocido Marcos Veron, han sido asesinados.
El experto de Naciones Unidas sobre derechos indígenas publicó un informe el mes pasado en el que dice estar “profundamente preocupado sobre las acusaciones de violencia contra el pueblo guaraní y el grave impacto que ha tenido sobre las comunidades guaraníes la agresiva política de gobiernos pasados de vender grandes extensiones de tierras ancestrales a terratenientes no indígenas”.