Director de una presa de Borneo en el punto de mira de los medios
24 febrero 2010
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El director ejecutivo de una empresa que supervisa el proyecto de una enorme presa en la tierra del pueblo indígena penan, en la parte malasia de la isla de Borneo, está siendo investigado en su país natal, Noruega, por posibles violaciones de derechos indígenas.
El periódico noruego Dagbladet preguntó al director ejecutivo de Sarawak Energy, Torstein Sjøtveit , acerca del impacto que el proyecto podría tener sobre los penan. Sjøtveit aseguró que éstos habían sido consultados y que su empresa estaba cumpliendo las reglas de la ONU.
Naciones Unidas determina que los proyectos de desarrollo que se lleven a cabo en tierra de pueblos indígenas sólo pueden realizarse con su consentimiento previo, libre e informado. Pero los penan afectados por la presa hidroeléctrica de Murum dicen que se les ha dicho que no tienen más opción que abandonar su tierra.
Dagbladet cita a un indígena penan llamado Matu: “Aquellos que quieren el control de nuestra tierra… no nos permiten pescar, cazar o recolectar nuestras fresas y plantas.”
Sjøtveit declaró a Dagbladet que 1.350 personas podrían verse afectadas por el proyecto de la presa de Murum. Prosiguió: “Nos estamos enfrentando a un dilema entre la necesidad de desarrollar recursos para la sociedad mayoritaria y los deseos de los pueblos indígenas de permanecer y vivir donde están.”
En septiembre, seis penan y otros nueve indígenas fueron detenidos mientras intentaban entregar un comunicado sobre su oposición a las presas en la oficina del gobernador de Sarawak.
La Comisión de Derechos Humanos de Malasia, en un comunicado sobre el proyecto de la presa de Murum, señaló: “En vez de dar opciones a las comunidades indígenas sobre ser o no reasentadas, las ‘consultas’ desarrolladas por el Gobierno consistieron únicamente en un mecanismo para informar a las comunidades sobre la decisión gubernamental y sus impactos hacia dichas comunidades”.
La presa de Murum es la primera de una serie de nuevos proyectos hidroeléctricos a gran escala planificados por el Gobierno local de Sarawak, que desplazará a miles de indígenas. Un sector crítico de Malasia ha argumentado que las presas son superfluas para las necesidades energéticas de Sarawak.
Los penan que fueron reasentados para dejar vía libre a la ya existente presa de Bakun, en Sarawak, no pueden cazar o recolectar, y encuentran dificultades para cultivar alimento suficiente en los pequeños pedazos de tierra que les han proporcionado.