Informe de la ONU detalla la "situación crítica" de los pueblos indígenas
21 enero 2010
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Naciones Unidas acaba de publicar un informe que pone de relieve las dificultades a las que se enfrentan los pueblos indígenas, describiendo su situación como “crítica” e insistiendo en que los derechos territoriales son esenciales para su supervivencia física y cultural.
La Situación de los Pueblos Indígenas del Mundo afirma que “muchas de estas comunidades están al borde de lo que algunos describen como genocidio” y señala la construcción de presas, la tala de bosques para la industria maderera, la minería o el cultivo de soja como actividades particularmente amenazantes.
El informe indica que estos proyectos causan con frecuencia una destrucción medioambiental a gran escala, introducen enfermedades como la gripe y la malaria, ante las que muchos indígenas apenas tienen resistencias, y provocan, en última instancia, la expulsión forzosa de sus tierras ancestrales.
Se hace eco del mensaje del informe de Survival El progreso puede matar , que demuestra que las políticas desarrolladas en nombre del “progreso” a menudo conllevan una gran penuria para los pueblos indígenas, en forma de enfermedades, obesidad, suicidios, adicción y reducción de la esperanza de vida.
El informe de la ONU también pone de relieve la situación de los pueblos indígenas que viven en “aislamiento voluntario” (no contactados), que se enfrentan a graves peligros cuando los invasores se trasladan a su territorio. El caso de los madereros que trabajan ilegalmente en tierras de indígenas no contactados en Perú aparece destacado.
También pone énfasis en la elevada tasa de suicidio que registran los pueblos indígenas. En el caso de los guaraníes, entre los años 2000 y 2005 registraron una tasa diecinueve veces superior al índice nacional.
El informe cuestiona los problemas que rodean a la creación de parques nacionales en tierra de pueblos indígenas y destaca la sentencia del Tribunal Supremo de Botsuana, que dictaminó que la expulsión de los bosquimanos de sus tierras ancestrales en 2002 de la Reserva de Caza del Kalahari Central (RCKC) fue ilegal.
Durante la presentación del informe en Rio de Janeiro, el líder indígena Marcos Terena denunció las "políticas paternalistas” que rodeaban los proyectos de “desarrollo,” por su incapacidad para respetar la autodeterminación de los pueblos indígenas.