El Banco Mundial suspende los créditos destinados al aceite de palma
21 septiembre 2009
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El Banco Mundial ha anunciado que no proporcionará ningún crédito más a las empresas de aceite de palma hasta que pueda garantizar que no ocasionan daños sociales ni medioambientales.
El anuncio se produce tras años de protestas de pueblos indígenas y ONGs en contra de la destrucción social y medioambiental que las plantaciones de palma de aceite estaban causando.
Según Victoria Tauli-Corpuz, presidenta del Foro Permanente de Naciones Unidas para Cuestiones Indígenas., la decisión del Banco Mundial “supone un gran triunfo… Es el resultado de largos años de trabajo de los pueblos indígenas de Indonesia, encabezados por la Alianza de los Pueblos Indígenas del Archipiélago (AMAN) y el apoyo de ONGs como Sawit Watch y Forest Peoples’ Programme (FPP)” .
La decisión fue adoptada menos de un mes después de que un informe interno del Banco Mundial concluyera que los créditos que se estaban concediendo al grupo comercial de aceite de palma Wilmar, que opera en Indonesia, violaban los estándares sociales y medioambientales establecidos por el propio Banco. El informe se llevó a cabo tras una queja de Sawit Watch y otras organizaciones.
“Cuando formulamos nuestra queja sabíamos que las sucursales de Wilmar estaban utilizando fuego de forma ilegal para desbrozar zonas de bosques primarios y de gran valor ambiental, así como confiscando tierras de los pueblos indígenas sin su consentimiento previo, libre e informado, generando graves conflictos. El informe (interno) muestra que el IFC (el brazo financiero privado del Banco Mundial) redefinió sus estándares”, declaró un portavoz de Sawit, citado por FPP.
“El IFC no aprobará nuevas inversiones en aceite de palma mientras no tengamos una nueva estrategia en marcha. También le he pedido al IFC que revise las actuaciones sociales y medioambientales de todas las carteras de inversión en aceite de palma”, aseguró el presidente del Banco Mundial en una carta dirigida a las ONGs.
Como sucede en Indonesia, las empresas de aceite de palma tienen impactos devastadores en muchos otros países, especialmente en Malasia y Colombia.