Los awás, según Sebastião Salgado
Survival International mantiene activa la campaña por los awás y publica, gracias a la colaboración con el prestigioso y mundialmente reconocido fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, esta exclusiva y bella galería. Las fotografías están sujetas a derechos de autor, han sido cedidas para uso exclusivo de Survival International y no pueden ser reproducidas.
Rayos de luz de luna iluminan la frondosa selva amazónica del noreste brasileño.
La Amazonia, una región de extraordinaria belleza y biodiversidad donde habitan el puma, el jaguar y la anaconda. También es el hogar de los awás, una de las últimas tribus nómadas de Brasil.
Survival International desarrolla una campaña por los derechos de los awás desde hace décadas.
Esta hermosa y exclusiva galería surge como resultado de una colaboración entre Survival y el mundialmente afamado fotógrafo Sebastião Salgado, quien visitó recientemente a la tribu para documentar su mundo y las amenazas que se ciernen sobre sus vidas.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Durante siglos, el modo de vida de los awás se ha caracterizado por su completa simbiosis con su selva. El primer contacto con FUNAI, el departamento de asuntos indígenas del Gobierno de Brasil, tuvo lugar en 1973.
Actualmente, los 450 integrantes de la tribu awá se encuentran rodeados por todas partes de ganaderos, madereros y colonos que los han invadido y asesinado con total impunidad.
Familias enteras de awás han sido masacradas; los árboles más antiguos han sido talados y quemados.
Un juez federal de Brasil definió la situación de los awás como “un verdadero genocidio”.
Afortunadamente en diciembre de 2013, como resultado de la campaña internacional desarrollada por Survival, Brasil puso en marcha un dispositivo sin precedentes: la Operación Awá para expulsar a todos los no-indígenas del territorio de la tribu más amenazada de la Tierra. En 2014 se completó con éxito el operativo y todos los invasores fueron expulsados de la selva de los awás.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Se piensa que un centenar de indígenas awás no contactados todavía viven en la selva sin interacción alguna con los foráneos.
Son algunos de los últimos indígenas aislados del planeta.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Para los awás, la tierra tiene un nombre, Harakwá, que significa el lugar que conocemos.
Viven cazando jabalíes salvajes, tapires y monos, y se desplazan por la selva con arcos de casi dos metros de longitud. También recolectan lo que el bosque genera: nueces de babaçu, bayas de açaí y miel.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Los awás tejen hamacas con fibras de la palmera de “tucum” (los awás ya contactados también utilizan algodón), y adornan sus cabezas con tocados de plumas de tucán.
Son capaces de construir una casa con lianas, hojas y árboles jóvenes en unas pocas horas.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Consideran que algunos alimentos poseen propiedades especiales; otros, como los buitres, los murciélagos y los perezosos de tres dedos, están prohibidos en su dieta.
Los animales solo se cazan en ciertas épocas del año, para asegurarse de que sus poblaciones pueden reproducirse.
Cuando mis hijos tienen hambre, tan solo tengo que internarme en la selva y les encuentro comida, explica Pecarí Awá.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
La tribu cría animales huérfanos como mascotas; comparten sus hamacas con coatíes parecidos a mapaches y reparten los mangos con periquitos verdes.
Las mujeres awás amamantan a crías de monos aulladores y capuchinos, y se sabe que también dan de mamar a pequeños jabalíes.
Una vez que una cría de mono ha sido acogida por una familia y amamantada, nunca se la comerán.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
El calendario awá se divide en “sol” y “lluvia”.
Seres celestiales conocidos como maíras controlan las lluvias que caen de enormes lagos en el cielo.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Una familia awá caza en la selva.
Como cazadores-recolectores nómadas, los awás siempre están en movimiento y llevan consigo todo cuanto necesitan: arcos y flechas, niños y mascotas.
Los awás también se desplazan por la noche, iluminando el camino con antorchas que hacen a partir de la resina que las mujeres awás extraen del árbol de madera roja (árbol de maçaranduba).
Cada valle, cada arroyo y sendero están inscritos en su mapa mental. No pueden concebir el marcharse a otro lugar, abandonar el hogar de sus antepasados.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Hoy en día, la selva de los awás está desapareciendo a un ritmo mayor que cualquier otra área indígena en la Amazonia brasileña.
Imágenes satelitales han revelado que más del 34% de un territorio awá ya ha sido destruido, a pesar de que su tierra está reconocida legalmente.
Harakwá cada vez guarda mayor similitud con la apariencia de un erial.
Durante mucho tiempo hemos pedido que se expulsara a los invasores. No queremos ver a los madereros destruir nuestra selva.
Queremos ver que nuestra selva se mantiene.
Si destruyes la selva, nos destruyes también a nosotros_.
Hombre awá.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Madereros y agricultores trabajan día y noche talando los árboles y vendiendo su madera, dejando la tierra despejada para los pastos de ganado.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Los awás cada vez encuentran más complicado encontrar presas para cazar en la selva; además han sido brutalmente agredidos por madereros durante algunas de sus incursiones de caza.
Los monos, los pecaríes y los tapires están huyendo.
Todo se está muriendo. Todos vamos a pasar hambre. No encontramos caza porque los blancos usan armas de fuego y matan a todos los animales.
Pire’i Ma’a, hombre awá.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Los madereros están arruinando nuestra selva. No hay suficiente comida, ni suficiente pesca. Después de beber, nos duele el estómago; ellos lanzan basura a los ríos.
Han construido carreteras por el medio de la selva. Los madereros marcan los árboles para derribarlos.
Haikaramoka’a, hombre awá.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Los indígenas aislados awás son especialmente vulnerables.
Un resfriado común podría matar a un grupo entero y si se encuentran con madereros ilegales sus arcos y flechas no serán rival para las pistolas de los invasores.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
El ejército de Brasil destruye madera confiscada de las tierras awás tras una operación llevada a cabo en 2013.
A comienzos de este año, finalmente Brasil puso en marcha un enorme operativo sobre terreno para expulsar a los invasores ilegales de la tierra de los awás.
Todo ello a pesar de las protestas de los ganaderos y los madereros, que han pedido que la tierra awá pierda su categoría de territorio indígena, basándose en algunas afirmaciones como que los awás ni siquiera existen.
Soldados, trabajadores de campo, agentes especiales del Ministerio de Medio Ambiente y agentes de policía están accediendo a la tierra awá para notificar y expulsar a los colonos, ganaderos y madereros ilegales, muchos de los cuales se encuentran fuertemente armados.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Este dispositivo se produce tras la campaña de alto impacto desarrollada por Survival International, que han respaldado miles de simpatizantes en todo el mundo y personalidades como Ana Belén y Víctor Manuel ,Colin Firth, Belén Rueda, Gillian Anderson, Rosa Montero, o el propio Sebastião Salgado.
Con la ayuda de los simpatizantes de Survival, el ministro de Justicia de Brasil ha recibido más de 55.000 peticiones para que expulsara a los invasores.
Esta es una ocasión trascendental y que potencialmente puede salvar la vida a los awás, explicó el director de Survival, Stephen Corry.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
Durante dos años, Survival ha presionado con intensidad al Gobierno de Brasil para que expulsara a todos los invasores no-indígenas del territorio awá y para que protegiera a esta tribu y sus tierras.
La campaña multimedia logró recabar el apoyo de miles de personas. El mensaje “Brasil: salva a los awás” se propagó como la pólvora y pudo verse deletreado sobre la nieve en Amsterdam o sobre el muro de un centro comercial en Australia occidental. Los medios de comunicación a ambos lados del océano Atlántico se hicieron eco del drama de los awás y decenas de famosos dieron su apoyo público a la campaña, incluido el oscarizado Colin Firth, el grupo de rock Extremoduro, la escritora Rosa Montero, la diseñadora Vivienne Westwood, la actriz Belén Rueda o el matrimonio de cantantes que conforman Víctor Manuel y Ana Belén.
Más de 57.000 mensajes procedentes de todo el planeta desbordaron al nuevo Ministro de Justicia de Brasil con peticiones para que salvara a los awás. Los simpatizantes también escribieron al Congreso, a los diputados y a los eurodiputados.
En lo que supone una victoria sin precedentes, la campaña llevó al Gobierno de Brasil a poner en marcha la Operación Awá para expulsar a todos los invasores no-indígenas de la tierra de esta tribu. Centenares de soldados, agentes de policía y funcionarios del Gobierno se desplegaron por el territorio de los awás, ubicando y destruyendo los aserraderos y campamentos madereros ilegales. Se les dio un margen de 40 días para irse y se les ha ofrecido compensación por ello. La operación se completó finalmente en abril de 2014, con la entrega a los awás del “Documento de Finalización de los Desalojos”.
Survival apremia ahora a las autoridades brasileñas a que implementen una solución a largo plazo para evitar que los invasores regresen y garantizar la seguridad de la tribu.
Los awás merecen su derecho a vivir como elijan, en su propia tierra, sin la amenaza de la violencia o la invasión provenientes del mundo exterior. No nos rendiremos hasta que todos tengamos un mundo en el que los awás y todos los pueblos indígenas y tribales sean respetados y sus derechos humanos protegidos, afirmó Stephen Corry.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
En estos momentos, los awás están felices.
Las expulsiones han sido realmente importantes para nosotros, los awás. Explica Tatuxa’a, un hombre awá, a una investigadora de Survival.
Era verdaderamente importante expulsar a los no-indígenas que estaban destruyendo nuestra selva. Pero podrían volver.
Queremos criar a nuestros hijos en la selva, dijo otro hombre awá.
Este es su derecho inalienable.
© Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures
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