Brasil: los pueblos indígenas luchan contra el coronavirus y contra Bolsonaro
16 febrero 2021
Esta página se creó en 2021 y puede contener terminología en desuso.
Los pueblos indígenas de Brasil están siendo diezmados por una intensa segunda ola de Covid-19, mientras el presidente Bolsonaro intensifica su campaña de persecución contra ellos.
La organización indígena APIB ha confirmado que 962 indígenas han muerto por el virus en Brasil, mientras que 48.405 han dado positivo en test de contagio. En enero, diez niños murieron solo en dos comunidades yanomamis.
Según las cifras de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB), las tasas de mortalidad e infección entre los indígenas de la región amazónica son escalofriantes: mueren un 58% más indígenas que población general por coronavirus, mientras que el contagio es un 68% superior.
La ciudad amazónica de Manaos, que habitan unos 30.000 indígenas, se ha visto gravemente afectada y la asistencia urgente para las zonas más alejadas de los hospitales sigue siendo especialmente precaria. Cuando el virus alcanza a comunidades indígenas de la selva, sobretodo en los territorios de tribus recién contactadas y no contactadas, las consecuencias pueden ser devastadoras. El riesgo es altísimo porque muchas de sus tierras ya han sido invadidas por madereros, mineros y colonos.
Manaos es la única ciudad del estado de Amazonas con una sala de cuidados intensivos y el oxígeno escasea.
El manejo de la pandemia en Brasil por parte del presidente Jair Bolsonaro ha generado una cascada de críticas nacionales e internacionales, y su Gobierno ha sido acusado de llevar a cabo una “estrategia institucional para la propagación del coronavirus”.
La lista de políticas antindígenas de Bolsonaro está bien documentada y equivale a un genocidio contra los primeros pueblos de Brasil. Tras haber logrado recientemente el control de ambas cámaras del Congreso brasileño, Bolsonaro ha establecido sus prioridades y trata de impulsar un controvertido proyecto de ley de minería que supondría eliminar todavía más derechos indígenas en Brasil.
Aunque los programas de vacunación ya han comenzado a desplegarse por todo el país, hasta diciembre de 2020 el departamento de Asuntos Indígenas de Brasil (FUNAI) solo había dedicado un 52% de su presupuesto a combatir la pandemia, según APIB.
Mientras, las comunidades indígenas siguen tomando cartas en el asunto para protegerse del coronavirus. Antonio Guajajara, líder de la comunidad Maçaranduba en el estado de Maranhão, dijo: “No es casualidad que muchas tierras indígenas estén siendo invadidas, lo que significa que la enfermedad se está extendiendo cada vez más. Lo último que debería ocurrir en un momento como éste es que el Gobierno brasileño dé más apoyo a estas invasiones a gran escala (…) pero lo están haciendo, y esto está empeorando las cosas… Estamos tomando medidas en torno a nuestro territorio (…) Gracias a nuestro trabajo para proteger a nuestra comunidad y nuestra tierra, la enfermedad no ha entrado en nuestro territorio”.