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Los dongria kondhs

Los dongria kondhs de las colinas de Niyamgiri, en la India, han librado una heroica batalla contra el gigante minero Vedanta Resources para salvar su montaña sagrada.

El Tribunal Supremo le ha dicho a Vedanta que los dongrias deben decidir si permitir la minería o no. ¿Se les permitirá a los dongrias tomar su decisión en paz, y respetarán el Gobierno, y Vedanta, dicha decisión?

Dongria kondhs

El pueblo indígena dongria kondh ha inspirado a millones de personas tras su épica victoria en una batalla de “David contra Goliat” frente al gigante minero Vedanta Resources. La tribu prometió salvar sus colinas de Niyamgiri y su modo de vida autosuficiente.

Ahora sus tierras y sus vidas están nuevamente amenazadas. La policía acosa a sus líderes y los detiene con cargos falsos. Los dongrias sienten que el Gobierno está intentando destruir a su comunidad para permitir la minería.

Nosotros hemos nacido en esta tierra, y esta tierra es nuestra. Niyamgiri nos pertenece
Laksa Majhi

Descendientes reales del dios de la montaña

Las cadena montañosa de Niyamgiri en el estado de Odisha, al este de la India, es el hogar del pueblo indígena dongria kondh. Niyamgiri es una zona de serranías densamente arboladas, escarpados barrancos y arroyos en cascada. Ser dongria kondh es cultivar las fértiles laderas de las colinas, cosechar su producción y venerar al dios de la montaña, Niyam Raja, y a las colinas que preside, entre las que se encuentra la Montaña de la Ley, de 4.000 metros de altitud: Niyam Dongar. Durante toda una década, los más de 8.000 dongria kondhs han vivido amenazados por una mina. La empresa británica Vedanta Resources ha intentado por todos los medios obtener permiso para extraer una cantidad de bauxita, que yace bajo la superficie de las colinas, por un valor estimado de 2.000 millones de dólares. La apertura de una mina a cielo abierto habría destruido Niyam Dongar, interrumpido el curso de los ríos y supuesto el final de los dongria kondhs como un pueblo diferenciado.

© Toby Nicholas/Survival

“Niyam Raja es nuestro dios y lo veneramos”

La profunda veneración que los dongrias sienten por sus dioses, colinas y arroyos impregna cada aspecto de sus vidas. Su arte refleja incluso las montañas, por medio de diseños triangulares encontrados en los santuarios de las comunidades que se han erigido en honor a los muchos dioses de cada aldea, granja y bosque, y de su líder Niyam Raja. Su nombre deriva de dongar, que significa “colina” en la lengua local de Oriya, pero en su propio idioma se denominan a sí mismos jharnia, que significa protectores de los arroyos.

Los dongrias llevan bisutería, tatuajes y peinados distintivos. Las mujeres se ponen muchos aretes con forma de aros en las orejas y otros tres en su nariz, mientras que los chicos llevan dos aros en la nariz. Las chicas dongrias se ponen ganchos u horquillas en el pelo, algunos collares con forma de aro y otros con abalorios en el cuello.

Viviendo como reyes

Los dongrias viven en comunidades dispersas por las colinas. Creen que su derecho a cultivar en las laderas de Niyamgiri les ha sido conferido por Niyam Raja y que son sus descendientes reales. Poseen un conocimiento experto de sus bosques y de la flora y fauna que pueblan su interior. De los bosques recolectan alimentos como el mango silvestre, la piña, frutos del árbol de jack o panapen y miel. También abundan hierbas medicinales poco conocidas que los dongrias utilizan para tratar numerosas afecciones como la artritis, la disentería, las fracturas de huesos, la malaria y las mordeduras de serpiente.

Mujer dongria kondh mientras recolecta mijo en las Colinas Niyamgiri, en la India. © Toby Nicholas/Survival
© Jason Taylor/Survival

Los dongrias también cultivan huertos en el bosque y plantan árboles de los que obtienen naranjas, bananas, jengibre, papaya dulce y la aromática resina jhunu, que venden en los mercados locales. Un reciente estudio dio a conocer que los dongrias recolectan de sus bosques una variedad de casi 200 tipos de alimentos diferentes y cosechan un centenar de cultivos en sus campos. Esta sorprendente diversidad les mantiene durante todo un año, con poca necesidad de alimento o bienes más allá de sus colinas. La tribu también cría pollos, cerdos, cabras y búfalos. Los hombres dongrias recolectan jugo de las gigantescas palmeras de sago del bosque, un jugo que les proporciona energía para sus largas travesías a pie, inmersos en las colinas de Niyamgiri.

Detrás de las mentiras

Curiosamente, la empresa minera Vedanta dice que esto es “tierra virgen; donde ninguna interferencia humana se ha producido”.

Los dongrias eligen a sus parejas, pero no pueden casarse dentro de su clan. Antes de la boda, la novia sale en procesión alrededor de todas las casas de su comunidad, y se baña en agua con cúrcuma amarillo. Después camina, con un velo, hacia la comunidad de su marido © Jason Taylor/Survival

Sacrificios y ceremonias

Tradicionalmente los sacrificios se llevan a cabo después de la cosecha y antes de sembrar los nuevos cultivos del año, tanto en las comunidades como en las cumbres de la montaña. Cada comunidad cuenta con sus propios lugares para los sacrificios y la veneración de la diosa madre, Dharni, del dios Niyam Raja y de otros dioses de las colinas. Cada casa dispone a su vez de espacios sagrados para la veneración de los múltiples dioses domésticos y locales. Pollos, cabras, cerdos y, especialmente, búfalos, son sacrificados. Los dongria kondhs no tienen un líder político o religioso prominente; los clanes y las comunidades tienen sus propios líderes e individuos con funciones ceremoniales específicas, como los bejus y las bejunis: sacerdotes hombres y mujeres, respectivamente. Los dongrias creen que los animales, las plantas, las montañas y otros lugares y arroyos específicos tienen una fuerza vital o alma, jela, que proviene de la diosa madre.

 

Guardianes de los arroyos dadores de vida

Las colinas de Niyamgiri bajo las que yace el mineral de la bauxita absorben la lluvia del monzón, generando más de cien arroyos permanentes entre los que se encuentra el río Vamshadhara. Estos arroyos no solo proporcionan agua a la colina-hogar dongria, sino que también son la fuente vital de agua potable y de agua para irrigación para las comunidades que habitan en las llanuras, donde la sequía y el hambre protagonizan las noticias nacionales. El Vamshadhara surte de agua potable y apta para las irrigaciones a millones de personas en los estados de Odisha y Andhra Pradesh. Durante siglos, los dongrias han ayudado a mantener la rica biodiversidad de sus bosques, donde abundan tigres, leopardos, ardillas gigantes y perezosos.
Los dongrias se bañan en el río. “La montaña nos proporciona todo el agua” — Lodu Sikaka © Roberto Caccuri/Contrasto

La amenaza de la mina

Anil Agarwal, presidente de Vedanta Resources. © Survival
Vedanta Resources es una empresa minera que cotiza en el mercado de valores londinense FTSE 100. Fue fundada por el multimillonario indio Anil Agarwal, quien la preside y posee más del 50% de sus acciones. Los dongrias habrían sufrido una pérdida irreparable si la mina se hubiera construido; su buena salud actual, autosuficiencia, identidad como pueblo y el profundo conocimiento de su entorno habrían sido destruidos. Gran parte de los beneficios habría ido a parar a manos de un solo hombre: Anil Agarwal.

“¿A dónde iremos nosotros los niños? ¿Cómo sobreviviremos? No, ¡no entregaremos nuestra montaña!”

La refinería ilegal

Antes de recibir permiso para la mina, Vedanta construyó una refinería en la localidad de Lanjigarh, y empezó a trabajar en la cinta transportadora que trasladaría la bauxita directamente de las colinas hasta la refinería. La refinería fue aprobada por el Gobierno con la condición de que no se utilizaría ningún bosque; sin embargo, este compromiso era “completamente falso”: Vedanta anexó 60 hectáreas del bosque de la localidad, vital para las comunidades locales. La refinería también destruyó la aldea de Kinari por completo, desplazando a más de un centenar de familias majhi kondhs a un asentamiento conocido en la zona como la “colonia de rehabilitación”. Este asentamiento consiste en un recinto amurallado compuesto de una serie de casas de hormigón, rodeadas de vallas de alambre con pinchos. Los residentes no tienen tierra para cultivar y aunque algunos se han colocado como trabajadores de Vedanta, la mayoría vive de las limosnas.
La refinería de aluminio de Vedanta en Lanjigarh, Odisha, vista desde las colinas de Niyamgiri. © Lewis Davies/Survival

Selva Virgen

Salud

Los habitantes kondhs atribuyen a la contaminación de la refinería sus problemas de piel, las enfermedades de su ganado y los daños en sus cultivos. El “fango rojo”, una especie de barro tóxico que es el principal residuo de la refinería, se convierte en un fino polvo cuando se seca bajo el sol. Los inspectores del Gobierno encargados de la contaminación lo han descrito como “contaminación del fondo acuático” provocado por una filtración “alarmante” y “continuada” de fango rojizo. Los residuos tóxicos también se filtraron en el río Vamsadhara.

La bauxita extraída del subsuelo se somete a un proceso químico para separarla de la tierra. Fluidos tóxicos de este proceso se derraman por la cantera. Lanjigarh, Odisha, India. © Srinivas Kuruganti/Survival

Impacto medioambiental

“Quieren sacar las rocas de estas montañas. Estas rocas son el motivo por el que nuestros hijos pueden vivir aquí. Si se llevan estas rocas, todos nosotros moriremos” — Lodu Sikaka © Survival
Los propios planes de Vedanta determinaban que la actividad minera se llevaría a cabo durante 16 horas al día, 6 días a la semana, a lo largo de 23 años. El “fango” de la maquinaría se incineraría allí mismo. El flujo de trabajadores mineros, con maquinaria pesada y camiones, tendría un enorme impacto en los bosques y su vida salvaje, que se explotarían para obtener leña y comida. La zona se volvería accesible para cazadores furtivos y madereros ilegales. Aunque Vedanta asegura que volverían a plantar árboles cuando la minería terminase, esto no podría compensar la pérdida del diverso hábitat para la fauna y tampoco el potencial daño que ocasionaría a los arroyos y ríos que fluyen desde las colinas. Teniendo en cuenta que la región de Kalahandi es conocida por sus sequías, los efectos habrían sido devastadores.

Resistencia

Los dongrias han protestado contra Vedanta a escala local, nacional e internacional. Han bloqueado carreteras, formado una cadena humana alrededor de la Montaña de la Ley e incluso llegaron a prender fuego a un jeep de Vedanta que había entrado en la meseta de la montaña sagrada. Pero sienten que su montaña no estará a salvo mientras a los pies de sus colinas siga activa la refinería, y no abandonarán su lucha. Su determinación y tenacidad les ha granjeado el reconocimiento internacional e inspirado a los pueblos indígenas de todo el país y alrededor del mundo.

“Vedanta ha venido para destruir a los dongrias. Les echaremos. No tienen ningún derecho a tocar nuestras montañas. Incluso si nos cortáis la cabeza, no vamos a permitirlo” — Rajendra Vadaka © Survival
“La colina de Niyamgiri es nuestro dios, nuestro Señor, nuestra diosa, nuestro padre, nuestra madre, nuestra vida, nuestra muerte, nuestra carne, nuestra sangre, nuestros huesos” — Putri, una mujer dongria © Survival

Presión y apoyo de Survival

Survival ha apoyado a los dongrias y ha desarrollado una campaña de presión, dirigida al Gobierno de la India y al Reino Unido, para que se detuviera la mina. Hemos entregado informes detallados a la ONU y la OCDE. Les hemos asesorado legalmente y nuestros investigadores han pasado muchos días hablando con ellos en sus comunidades (llegando incluyo a ser amenazados y asaltados por “matones” pro Vedanta). Nuestro documental La mina, sobre la lucha de los dongrias, logró un efecto viral en Internet.

La mina
Nuestra campaña de presión ha llevado a importantes accionistas, incluida la Iglesia de Inglaterra, a retirar sus inversiones en la empresa. “No estamos seguros de que Vedanta haya mostrado, o vaya a mostrar en el futuro, el nivel de respeto a los derechos humanos y a las comunidades locales que nosotros esperamos”, declaró la Iglesia de Inglaterra declaró. El Gobierno de Inglaterra decretó que “Vedanta no respetó los derechos de los dongria kondhs” y “no consideró el impacto de la construcción de la mina sobre los derechos [de los indígenas]”. Su investigación concluyó que era “esencial un cambio en el comportamiento de la empresa”.

Los activistas de Survival piden a la India que salve a “la tribu real de Avatar” © Survival
Manifestantes concentrados frente a la Junta General de Accionistas de Vedanta. © Survival
Los dongria kondhs envían un mensaje a Vedanta © Survival
MIchael Palin © John Swannell

Apoyo de personalidades

Survival ha conseguido el apoyo de personalidades como Joanna Lumley y Michael Palin a la campaña. La activista de derechos humanos Bianca Jagger y la ganadora del Premio Booker, Arundhati Roy, también se posicionaron a favor de los dongrias. El tataranieto de Charles Darwin, el antropólogo Felix Padel, ha estudiado, convivido y abanderado la causa de los dongria kondhs durante años.

 

Strength In Numbers: Tribe vs Corporation

© Survival
“No puedes destruir la fe de estas personas. Ellos creen que su dios está en la cima de la montaña. ¿Puedes decirles ‘llevad a vuestro dios a otro lugar’? ¿Vas a desterrar a dios?”— Juez, durante la vista oral en 2013

Niña dongria kondh. © Lewis Davies/Survival

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