Conversación con el lingüista Dan Everett

Indígena pirahã en una canoa, Brasil. © Clive Dennis/Survival

Everett le cuenta a Survival lo que el mundo pierde cuando desaparece una lengua y conocimiento indígena, por qué necesitamos unir nuestras mentes y experiencias para trabajar juntos y cómo los indígenas pirahã son “enciclopedias sobre dos pies del mundo que los rodea”.

¿Por qué vivió con los pirahã cazadores-recolectores de la Amazonia brasileña?

Inicialmente fui a Brasil en 1977 como misionero, con los Wycliffe Bible Translators – Summer Institute of Linguistics. Me pidieron que trabajara entre los pirahã porque ningún misionero, antropólogo o lingüista había sido capaz de analizar su gramática con éxito. Así que todavía no había ningún converso ni traducción.

¿Qué cosas de las que aprendió del pueblo pirahã en los años que convivió con ellos considera que son las más importantes?

Supongo que la lección más importante fue ser duro, no quejarse y resistir cuando uno se enfrenta a dificultades, no preocuparse sobre el mañana.

Niños Pirahã juegan en la selva, en el estado de Amazonas, en el noroeste de Brasil. © Clive Dennis/Survival

Los pirahã viven por completo en el presente. Usted describe esto como “una forma sofisticada de vivir”, ¿por qué?

¿Cuántos de nosotros no nos arrepentimos de nuestro pasado o del pasado de nuestras familias? ¿Cuántos de nosotros no nos preocupamos de lo que seremos en el futuro, de cómo moriremos, de qué será de nuestros seres queridos? Imagina una vida sin arrepentimientos, sin preocupaciones más allá de aquello que podemos solucionar ahora mismo, sin un cielo sobre nosotros o infierno por debajo. Es una lección maravillosa y, creo, una filosofía sofisticada.

¿Cuáles son las amenazas para el pueblo pirahã y para otros pueblos indígenas de Amazonia con los que ha trabajado?

Las amenazas son muchas, pero todas tienen en común las actividades de foráneos que invaden su tierra y modo de vida.

La última vez que estuve con los pirahã me dijeron que no querían que viniera nadie más a vivir en su tierra. Dijeron que “la gente deshonesta (su término para los foráneos) tiene muchísima tierra y muchísima agua. Nosotros tenemos el río Maici. ¿Por qué no se puede quedar la gente deshonesta en su jungla y dejarnos a nosotros en la nuestra?”.

Pero ahora, incluso organizaciones creadas para ayudar a los pirahã, ONG y agencias gubernamentales, no aprenden la cultura de los pirahã ni se molestan en aprender su lengua antes de intentar cambiar su modo de vida, de muchas y muy diversas maneras.

Comunidad pirahã durante la estación seca. © Daniel Everett

La lengua pirahã tiene menos de 400 hablantes, ¿qué pierde un pueblo indígena cuando su lengua se erosiona?

Escribí un ensayo sobre esto hace algún tiempo, se llama De las lenguas amenazadas a las vidas amenazadas.

En él concluía que: “Para muchas personas… la pérdida de su lengua conlleva la pérdida de identidad y de su sentido de comunidad, la pérdida de su espiritualidad tradicional, e incluso la pérdida de la voluntad de vivir.

Salvar cientos de lenguas en peligro en todo el mundo requerirá un esfuerzo enorme por parte de lingüistas, antropólogos y otros individuos interesados.

Necesitamos, como mínimo, identificar qué lenguas están en peligro, aprender lo suficiente sobre ellas para elaborar un diccionario, una gramática y una forma escrita del lenguaje, formar a los hablantes nativos de estas lenguas como profesores y lingüistas, y asegurar el apoyo gubernamental para la protección y el respeto a estas lenguas y sus hablantes.

Una tarea de proporciones enormes, pero vital para todos nosotros”.

El pequeño pueblo indígena de los Pirahã se verá afectado por las presas en el río Madeira. © Clive Dennis/Survival

¿Qué pierde el mundo cuando se pierde una lengua indígena?

Pierde otra forma de resolver problemas sobre la mejor manera de vivir en el mundo. Pierde conocimiento sobre la tierra y relaciones alternativas con ella y categorizaciones alternativas del mundo que nos rodea.

Necesitamos que todas nuestras mentes y experiencias trabajen juntas. Yo creo en la necesidad de la diversidad. Sin diversidad, es menos probable que nuestro mundo sobreviva. Si desaparecen diferentes lenguas y tradiciones, se produce algo peor que la pérdida de museos enteros, como el Louvre o el Museo Británico.

En estos lugares encontramos vestigios de culturas perdidas. Pero en las sociedades indígenas tenemos sistemas completos de conocimiento y ejemplos de otras formas de vida.

Califica el hogar de los pirahã alrededor del río Maici como “impresionantemente hermoso”, ¿por qué?

La Vía Láctea por la noche con la Cruz del Sur resaltando sobre el cielo oscuro. Las sombras de los árboles de la jungla bajo la luz de la luna, con los sonidos de la vida, desde el chapoteo del agua hasta los gruñidos en la oscuridad.

Un hombre pirahã rema en el río Maici al atardecer. Este pueblo está en peligro por los proyectos de presas en el río Madeira. © Clive Dennis/Survival

Personas fuertes remando rápidamente y riendo en voz alta. Agua que refleja los cielos azules y las nubes blancas. Hombres ancianos hablando alrededor del fuego por la noche. Dormir en la playa, mirando directamente al corazón del universo.

¿Podría hablarnos del profundo conocimiento que tienen los pirahã de su entorno y de sus usos cotidianos de los animales y plantas?

Cuando se camina con los pirahã por la jungla o cuando se viaja con ellos por el río, uno se queda asombrado ante su conocimiento. Si ves burbujas en el agua, te dirán si son causadas por la forma del fondo del río en este punto o por una especie de pez en concreto, o por una anaconda.

Si ves una rama moviéndose, te dirán qué pájaro o mamífero la movió. Nunca he visto una planta o un animal en la selva sobre el que los pirahã no supieran hablarme: cómo crece, quién lo come, dónde encontrarlo, qué usos tiene, cómo se comporta, si se puede comer, etc. Todo.

Son enciclopedias sobre dos pies del mundo que los rodea.

A menudo habla del sentido de la felicidad de los pirahã, ¿de dónde cree que sale?

Su resistencia, su ausencia de arrepentimientos, el no tener miedo al cielo o al infierno, su falta de culpa, su falta de preocupaciones. Sé que todo esto suena idílico. No quiero hacer parecer que son perfectos. Pueden caer en la tristeza. Pueden ser mezquinos. Pueden estar enfadados. Pero eso es la excepción.

Ver a los pirahã en el día a día, vivir entre ellos, es conocer al grupo más libre de angustia que uno pueda imaginarse, al menos yo. El principio que lo explica es “el principio de la experiencia inmediata”. Hablo bastante sobre ello en mi libro, Don’t sleep there are snakes (que se podría traducir como No duermas hay serpientes).

Joven madre pirahã. © Daniel Everett

Comenzó a vivir con los pirahã como misionero y ahora cree que no es correcto intentar convertir a los pueblos indígenas al cristianismo, ¿qué pasó para provocar ese cambio tan fundamental en su creencia?

A medida que aprendí sobre la profundidad del conocimiento de los pirahã y la fuerza de su carácter, comencé a darme cuenta de que era escandaloso pensar que yo, o aún peor, algunas personas violentas de un pasado distante, tenía algo que enseñarles sobre cómo vivir.

Y me di cuenta de que los pirahã ya pensaban sobre la naturaleza de sus creencias de formas más efectivas que yo mismo, ya que requieren pruebas sensoriales para hacer afirmaciones factuales.

Aún abundan las falsas creencias sobre los pueblos indígenas: la idea colonial de que están atrasados aún se usa para justificar su despojo, ¿cómo cree que las nociones de “Edad de Piedra” y “primitivos” se pueden erradicar de manera permanente?

En el pasado dije que no siempre ocupamos el “mismo siglo” que otros pueblos. Fue una elección de palabras desafortunada. Lo que quería decir es que hay valores e ideas que nosotros tuvimos en fases anteriores de nuestras sociedades occidentales que ya se han perdido, en detrimento nuestro, pero que algunas sociedades tribales aún tienen.

Una pareja pirahã come pescado para desayunar. © Daniel Everett

No hay sociedades “de la Edad de Piedra”. Si por primitivos nos referimos a que “se adhieren a valores y costumbres fundacionales”, entonces no me opondría mucho al uso de la palabra. Pero normalmente se utiliza para mostrar atraso e inferioridad. Y eso es pura ignorancia.

Todo el mundo debería vivir con extraños durante una semana, lo más distintos a ellos posible. Todo el mundo necesita viajar, comer cosas diferentes, ver películas de otros países, para ver cómo lo diferente nos puede enseñar. Aunque sé que esto es utópico.

Los prejuicios son la salida fácil. No requiere esfuerzo mental pensar que somos mejores, que nuestro modo de vida es superior. Parece lo natural. Es como creer que al perro se le llama “perro” porque eso es lo que es. No creo que la ignorancia pueda ser erradicada para siempre. Pero necesitamos mitigarla y hablar en defensa de los pueblos indígenas, más débiles y más pequeños que nosotros sólo en número y en su capacidad para hacer la guerra. Es un esfuerzo sin fin.

El movimiento de Survival en defensa de los pueblos indígenas cree en un mundo en el que los derechos de los pueblos indígenas sean respetados y sus modos de vida reconocidos, ¿cómo cree que los lectores pueden contribuir a fomentar esta creencia para que cambie la opinión pública y se ponga fin al trato ilegal que se da a estos pueblos para siempre?

Lean sobre viajes, sobre pueblos indígenas, desde literatura popular hasta etnografías introductorias.

Esfuércense. Escriban cartas. Colaboren con organizaciones como Survival International, Cultural Survival, la Fundación para las Lenguas en Peligro, etc. Hagan donativos. ¡Viajen! Ofrézcanse voluntarios para ayudar en las partes más remotas del mundo.

Si realmente les importa.

Dan Everett es el decano de Letras y Ciencias de la Universidad de Bentley.

Compartir